“En principio me mantuve reacio por la necesidad de tener que dializarme en centros distintos al mío. Me surgían dudas sobre las punciones, la tolerancia a la diálisis, el miedo a no encontrarme bien y no poder seguir realizando el camino, a ponerme enfermo, a problemas con el acceso vascular o a no encontrar centros cercanos a la ruta elegida. Pero por fin tomé la decisión y elaboré una ruta.”
El Camino de Santiago, también conocido como el Camino de St. James, ha dibujado peregrinos de toda Europa desde el siglo octavo. Juan Antonio Rangel, un paciente de diálisis español, nos habla de su experiencia de la peregrinación en la caminata:
Comencé con la diálisis cuando tenía 33 años, en 2008, en el Centro de Diálisis de Osuna, a unos 90 kilómetros de Sevilla Desde siempre he realizado trabajos en el campo en mi pueblo natal Aguadulce y entre mis aficiones destaco salir con los amigos y el senderismo. En el año 2010, un amigo me propone hacer el camino de Santiago, ya que el lo lo había hecho y le había parecido una experiencia espiritual inolvidable.